Para ser buen amigo...
Sal de tu caparazón: afuera no están los peligros, sino las oportunidades de encontrarte a través de los otros.
Valora quién eres y tus habilidades, e intenta saber lo que estás aportando y lo que puedes aportar si te lo propones.
Cuida tus formas de expresión: mantén una actitud positiva y respetuosa. Pide lo que necesites. Da las gracias por lo que se te da y pide disculpas si has ofendido.
Muéstrate como eres, no como crees que los demás quieren que seas. La sinceridad comienza en uno mismo.
Sé generoso a la hora de compartir, tanto cosas como sentimientos y opiniones.
Dedica regularmente tiempo a tus amigos, que no son la solución para cuando no tienes otra cosa que hacer. Trasmíteles, con tu actitud cotidiana, que ocupan un lugar importante en tu vida
Mima la relación con interés y dedicación.
Muestra sensibilidad y afecto. Utiliza gestos amables y cariñosos. Cuando las palabras sobran, necesitamos apoyo, afecto y comprensión
Una buena amistad es un tesoro que debemos conservar. Apenas hay enfados que no puedan superarse entre amigos de verdad. Dejemos el orgullo a un lado, y hagamos lo posible por recuperar la concordia.
Y lo más importante: a un buen amigo se le atiende y se le escucha siempre que realmente lo necesite.
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yuliana campiño -