Vocal Sampling, genialidad y arte de la mano

Vocal Sampling vuelve a ser noticia. Esta vez, quienes han hecho de seis voces los mejores y más perfectos instrumentos, dejan atónitos a los asistentes a sus conciertos.

Su notoriedad y singularidad radica en interpretar temas a capella y transformar cuerdas vocales en violines, bajos, trompetas, trombones, guitarras, flautas… que ejecutan una impecable sinfonía, hecho casi increíble, máxime cuando son capaces de transitar por ritmos tan diferentes como la salsa, el danzón o el rock and roll.

Con estas peculiaridades ofrecen al público temas conocidos del pentagrama cubano e internacional como El cuarto de Tula, El tren, A mi manera, Escaramujo, Apretaíto pero relaja’o, La Guantanamera, En la aldea (tema del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano), Hotel California y Banana Boat, entre otros contenidos en sus producciones discográficas Akapelleando, Una forma más, De vacaciones, Live in Berlin y Cambio de Tiempo.

Resultaron impresionantes, además, los solos de guitarra eléctrica y percusión, a cargo de René Baños y Abel Sanabria, respectivamente, merecedores de la ovación que siempre los respalda.

Cualquier auditorio -para quien el tiempo pasa volando- es ocasión de intervenir también en la fiesta cuando, bajo la dirección de los vocalistas, se vuelve una orquesta gigante de trompetas y trombones.

Considerada una de las agrupaciones de su tipo más sorprendentes de nuestro tiempo, Vocal Sampling vio la luz en 1992 con un grupo de jóvenes del Instituto Superior de Arte que se unió para “jugar” con la música.

Cambio de Tiempo, uno de sus fonogramas, obtuvo tres nominaciones para los Premios Grammy en las categorías de Mejor Álbum Tropical Contemporáneo, Mejor Ingeniería de Grabación para un álbum (Premio al ingeniero/ Ing. Jon Fausty) y para el Productor del Año por el trabajo de la musicóloga Ana Lourdes Martínez.

La agrupación ha actuado en numerosos países de Europa, América Latina, Asia y Norteamérica y cautivado al público en importantes eventos como el Montreux Jazz Festival y el de Quincy Jones.

Quienes tuvimos la suerte de disfrutar su arte y genialidad somos, desde ahora, privilegiados.