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Marilyn...del Cuyaguateje

Pastorita sigue con su guararey

Pastorita sigue con su guararey

A inicios del siglo XX, la disquera canadiense Ambassador Records grabó el disco Ritmo Caliente, donde aparecen  clásicos de Ñico Saquito, Francisco Repilado, y el Guararey de Pastora, de Pedro Speck, changüí sobre cuyo origen versa este reportaje:

Invitada de Honor al  IV Festival Nacional del Changüí

   A los 92 años de edad, Pastora Yuaní Sayús todavía tiene guararey, ese sentimiento que en Cuba denominan mal de amores, los dominicanos traducen por envidia, celos, y en España significa cabreo o disgusto.

    La inspiradora del Guararey de Pastora, el changüí más famoso del mundo, recibió con alegría la noticia de que fue designada invitada de honor al IV Festival Nacional del Changuí, previsto del 18 al 21 de este mes, y se apresta para responder a ese gesto de la Comisión Organizadora del evento. 

   “Aunque tengo problemas con la vista voy a echar mi pasillo. Ese ritmo lo bailo desde chiquita y lo llevo  en mis venas. Lo practico todavía y disfruto oyéndolo”, subrayó.

     En la fisonomía enjuta, esbelta y color de ébano, que el periodista enfrentó por primera vez una tarde de otoño, afloran vestigios de una subyugante y pretérita belleza, incluso en el iris de sus ojos que exigen elevadas dosis de claridad para facilitar sus desplazamientos, por el patio de la vivienda prefabricada que la Revolución le construyó a unos 15 kilómetros de la ciudad de Guantánamo.

    Más de un lustro y tres  festivales han transcurrido sin referencia alguna a Yuaní Sayús, salvo la de las interpretaciones de las orquestas que actuaron en esos certámenes al interpretar ese Changüí que de oficio atesoran en su repertorio.

   Los reconocimientos, como la justicia, suelen a veces tardar, pero llegan, como ocurre ahora con la protagonista de este reportaje nacida en  Boquerón de Yateras, y  personaje paradigmático de la comunidad a la cual se trasladó, donde es admirada por su carisma y carácter afable.

    Para nadie es un secreto en Uveral  que “la mamá de Petronila, es Pastora, la del guararey”, a diferencia del resto del alto oriente cubano y de su terruño natal, donde ese mérito se ignora.

EL LITIGIO

      Pastorita había rebasado el medio siglo en los  pasados 70, cuando la pieza, interpretada por Los Van Van era un himno para los bailadores de la Isla y su compositor Roberto Baute Sagarra dirimía su autoría en el Tribunal Provincial de Guantánamo.

   La sentencia número 336 emitida el 14 de junio de 1976, le reconoció a éste la paternidad de la composición, acreditada entonces en el Registro de la Propiedad Intelectual del Consejo Nacional de Cultura a Pedro Speck1, otro relevante changuisero -al igual que Baute ya fallecido- y que sí fue homenajeado en el Primer Festival del Changüí.

   En el dictamen de los jueces influyó, como era de esperar, el testimonio de la inspiradora del objeto del litigio, quien declaró a favor del reclamante con toda la seguridad del mundo y sin margen para el perjurio: “Estoy convencida de que el Guararey es de Baute”.

   Y aunque el Tribunal -presidido en este caso por el licenciado Raúl Velázquez López- se constituye para hacer preguntas, no para responderlas, acogió y tuvo en cuenta para deliberar aquellas formuladas con singular vehemencia por la testigo: “¿No se me hizo la canción a mí?¿Cómo no voy a saber de quién es?”

   Habían transcurrido 27 años de la querella, la tarde del primer encuentro de la entrevistada con un periodista,  cuando con lucidez inhabitual para sus años, confesaba haber aclarado en la audiencia que el changüí se lo compuso a ella  Baute,  “cuando conoció a mi hija, con la que tuvo dos niñas”

NO TENIA GUARAREY CON ÉL

   El hecho de que Baute fuera casado y la amplia diferencia de edades entre ambos (algunos hijastros de Petronila aventajaban a esta en permanencia en este valle de lagrimas) incomodaron inicialmente a Pastora.

   La suegra  terminó por aceptar aquel desigual romance e incluso admirar a su impensado yerno, de quien ofrecería muchos años después el siguiente retrato: “un negro alto, elegante, que halaba una guitarra endemoniada y con su pico de oro era capaz de seducir a cualquiera mujer”. .

   (Fue precisamente una hija de Baute, quien en octubre de 2003 mostró al reportero el original de la sentencia 336, y semanas después le propició la primicia con Pastorita, al acompañarlo hasta su domicilio, tan desconocido  para la prensa, como la existencia misma del emblemático personaje que lo habitaba)

   Por supuesto que Yuaní Sayús se cuidó mucho de expresar aquel giro en sus sentimientos al músico, parquedad que sin dudas dio origen a la fama –poco divulgada, pero fama al fin- de que hoy disfruta la anciana, pues él, ansioso de conquistar la simpatía de la que ya era dueño sin saberlo, decidió componer la letra y música de esa joya de la música popular cubana:

   Pastorita tiene guararey conmigo / Yo no sé por qué será / Yo nunca le he hecho nada / Ella es mi amiga del alma/   La llevo con el corazón

   En cuanto al litigio al que se hizo referencia, no sería justo arrojar sombra sobre Pedro Speck, porque el fallo no lo favoreciera.
    Resulta habitua entre profesionales de la música,  obsequiarse composiciones. Por ejemplo, Barbarito Diez se enteró de que había compuesto el danzón Una noche tan linda, el día que Antonio María Romeu, hijo, le informó que la había inscrito a su nombre en el Registro de Autores.

   El mexicano Carlos León puso letra a una partitura de José Antonio Méndez, y el cantante chileno Lucho Gatica la llevó al acetato con el título de Sufre más y con un tema diametralmente opuesto al que había concebido para ella El Ronco Prodigioso.

   Speck y Roberto Baute eran buenos amigos, y en relación con el Guararey de Pastora pudo suceder entre ambos algo parecido, según se refleja en el premiado artículo La Verdadera Historia de Pedro Speck, publicado a fines de la pasada década en el Semanario provincial Venceremos, por la colega Magda Rosales Rodríguez.

   Junto a ambos litigantes, y a Pastorita, estarán  presentes -casi físicamente-  en el evento que está a las puertas, el musicólogo Rafael Inciarte Brioso (1909-1991), citado por Don Fernando Ortiz en su libro La Africanía de la Música Folclórica en Cuba, y autor de composiciones muy bellas, entre las que sobresale Ojos Lindos, tema de la película francesa No hay humo sin fuego, exhibida en esta ínsula caribeña en la pasada década de los 60.

-AIN-



 

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