La siempreviva de Plácido

Según datos archivados, Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido, camino del patíbulo donde fuera fusilado en Matanzas, en 1844, pidió un ramo de Siempreviva para ponérselo en la sien, lo que le negaron y sí tenía que llevar un paño blanco.

Ese detalle del intelectual mulato es una muestra de su amor por las plantas, porque detrás de un gran poeta, hay un hombre y ese hombre amaba las plantas naturales.

En la víspera del bicentenario de su natalicio, fue presentada la cronología Plácido en su bicentenario, del investigador Urbano Martínez Carmenate, se exponen  testimonios valiosos. En este ámbito desde mi provincia supe del contenido de la última carta escrita, conservaa en el museo Palacio de Junco, Matanzas, además de dos peinetas que hizo el bardo, así como se le hizo una vigilia artístico - literaria, que incluyó la cinta Plácido, de Silvio Giral. La petisa Premio Nacional de Literatura Carilda Oliver Labra, estuvo presente en las actividades.

Quise, por curiosidad, saber las propiedades de la Siempreviva, y encontré que: esta atractiva planta  de hoja perenne, característica y recia, que lleva un rosetón de hojas verdes y carnosas, a menudo punteadas de color marrón rojizo.

Sus flores, pequeñas, rosadas y con aspecto de margarita, aparecen en altos tallos durante el verano.

Me inclino por ella si fue de tantas la elegida por el poeta.