La aspirina, remedio santo

Con más de un siglo de existencia, la aspirina tiene motivos suficientes para hacer guiños y reirse de todos, vaya como para remarcar siempre sus virtudes, diría yo.

Leí que el 10 de agosto de 1897, un químico al servicio de la firma Bayer, Félix Hoffmann, dejó de ser un homúnculo para tornarse HOMBRE, así con mayúsculas. ?La causa? Haber encontrado a la aspirina. Pasaría él a la historia, la pastillita famosa a la gloria, porque a estas alturas es considerada uno de los más socorridos medicamentos contra el dolor, la fiebre y estados inflamatorios.

En 1994 fue consumida mundialmente en proporciones astronómicas: 11 600 toneladas, en forma de comprimidos, papelillos, cápsulas, supositorios...

No todos la conocen por su denominación química: ácido acetil salicílico, pero es hora de acostumbrarse y tiene entre sus virtudes la prevención de infartos cardiovasculares, impide la formación de coágulos sanguíneos amenazantes de obstruir las arterias y asómbrense de la hipótesis: quizás desempeñe un papel destacado en la cruzada contra el cáncer de cólon-rectal entre las mujeres de alto riesgo....

De los defectos, no vamos a hablar....es mejor tomarme una aspirina ahora mismo luego de esta descarga, el dolor de cabeza es insoportable.