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Marilyn...del Cuyaguateje

Soy campista, soy popular

Soy campista, soy popular  Por: Marilyn Blanco

"La alegría de los meses de julio y agosto, de vacaciones para muchos, es como el arcoiris, resulta bello a distancia, pero desaparece mientras más nos acercamos" me dijo una amiga en tono pesimista pues argumentaba no tener suficiente dinero, ni transporte, ni siquiera la posibilidad para una reservación.

Ese planteamiento de ella motivó uno mío. Es difícil entender que no podamos cumplir con nuestro ideal de verano, no obstante paso de los 50 y recuerdo que no hace mucho tiempo fui a una de las playas populosas habaneras, que era rigurosamente privada.

Si mal no recuerdo vi una garita de cemento que no puso la Revolución, y al preguntar su origen me remarcan que obedecía a que allí los custodios de su dueño impedían la entrada de extraños e indeseable, es decir la "chusma" según los ricos, sin embargo ahora acudimos decenas de miles en cualquier época del año porque Cuba es un eterno verano.

Y me dije, ¡pero si la solución de mi amiga está en el Campismo!, un sitio donde no hace falta mucho dinero, hay ríos o playas, piscina u otras actividades recreativas, y en ocasiones hasta ponen el transporte.

Aquí sí que no hay "misterios", es increíble el ambiente familiar, los inquilinos comparten, se prestan cazuelas, los cubiertos y hasta las abuelas se prestan para cuidar a los pequeñines para que las parejas bailen hasta altas horas de la noche.

 Los más de 25 años pasados por esta forma de veranear, antigua en el mundo y bastante reconfortante para los cubanos en su variante masiva, han posibilitado una recreación sana y didáctica, con una premisa esencial: preservar el medio ambiente.

Existen otras formas de pasar las vacaciones fuera del campismo o la playa, pero escribo para la mayoría. A estas personas les digo que las entidades involucradas están empeñadas en hacernos felices, solo con una exigencia que no va más allá del cuidado de las instalaciones.

Pero si el verano no te sonríe, sonríele usted con esa energía positiva que irradia la satisfacción de que nuestros hijos pasaron a un nuevo curso y sí, en las playas de mi Cuba yo me baño todo el año.

 

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