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Marilyn...del Cuyaguateje

Del trillo a la calzada

 

Una vieja práctica de reparación de caminos, tan añeja como la humanidad misma, cobra renovados aires en muchos sitios del lomerío vueltabajero, con el objetivo de detener el estado de deterioro que presentan los viales debido  al arreciado bloqueo al que estamos sometidos.

 Por años de intensa explotación , combinados con la continua erosión de las aguas y el poco mantenimiento derivado de las limitaciones materiales, llevaron al estado actual del trazado. Por ahora hombres curtidos por el sol están dotados con elementales instrumentos de trabajo: pico, mandarria y barreta, y se auxilian con carretillas para el traslado de las piedras.

Mueve a risa pensar que los cubanos nos creamos de verdad inventores de las calzadas de piedra. Existen hoy todavía en el mundo obras de este tipo que han resistido el embate del tiempo, como las vías Apia, que los romanos comenzaron a construirla alrededor del 312 a.n.e y la Faminia hacia el 220 a.n.e.

En la cumbre de su poder, el Imperio romano tenía un sistema de 80 mil kilómetros, consistentes en 29 calzadas que partían de la ciudad de Roma, y una red que cubría todas las provincias conquistadas, incluyendo Gran Bretaña.

Mi madre, nacida en el lomerío de San Carlos, municipio de Minas de Matahambre, me hablaba de las juntas de vecinos que se hacían los fines de semana para  reparar el camino de todos.

Vale pues el rescate de esa tradición, para que con experiencias como las de los romanos, que constan en la enciclopedia Encarta 2000, los caminos nuestros vuelvan a ser más transitables.

Marilyn Blanco

1 comentario

Armando Guzmán P. -

saludos:
Me gustó mucho el artículo por eso retoma el refrán popular ´No dejes camino por vereda´