Mundial 2010 - Alemania jubila a la Inglaterra de Capello

Cuarenta y cuatro años después, casi por el mismo marcador (4-1) y con un gol legal anulado a Inglaterra, los germanos han conseguido borrar la dura derrota que sufrieron ante los pross en la final del Mundial de 1966. Un nuevo Müller, apenas un niño, se ha convertido en el nuevo ídolo del país.

Ofensiva a ultranza, derroche físico sin brusquedades, goles, alternativas en los dos frentes, cantadas de los porteros, disparos a la madera y, por si fuera poco, un gol de los llamados ’fantasmas’ salpimentaron un espectáculo apasionante, digno de una final. El partido de octavos de final, que había levantado una gran expectación entre los aficionados de todo el mundo, no tuvo más ’guerra’ que la deportiva sobre el terreno de juego.

Pese a que había anunciado un cambio, Fabio Capello mantuvo el mismo once que el 23 de junio se ganó la clasificación con una victoria sobre Eslovenia. Por su parte, Joachim Löw recuperó a Bastian Schweinsteiger, Jerome Boateng y Miroslav Klose.

Alemania arrancó con un aplomo impropio de su juventud frente a una Inglaterra que se movía a más revoluciones. Gracias a ello, tuvo una primera ocasión cuando Özil recibió un pase perpendicular, ganó la posición a su marcador pero no controló del todo. Su disparo de refilón fue despejado por James. Ese susto serenó los ánimos ingleses. Los hombres de Fabio Capello decidieron tomárselo con más calma y comenzaron a mover el balón sin recurrir a los pelotazos. Por su parte, los germanos cargaron sus acciones por la banda derecha con centros de Lahm y Müller en dirección a Klose y Podolski.

En el minuto 23, Alemania marcó el gol más simple del fútbol. El meta Neuer lanzó la bola a tres cuartos del campo, Klose ganó el forcejeo a Upson y, a media caída dentro del área, alargó la pierna derecha para batir a James en su salida. Su duodécimo tanto en un Mundial le permitió igualar con el mítico Pelé.

El partido se volvió loco. Los dos equipos abandonaron sus precauciones defensivas y entraron en un cuerpo a cuerpo en el que los ingleses llevaron la peor parte. Klose falló solo ante el portero; justo a continuación Defoe cabeceó al larguero y, en el minuto 32, Podolski, entró sin marcaje desde la izquierda, recogió un balón de Müller y batió por bajo a James (2-0).

El compromiso parecía sentenciado pero enloqueció por completo cuando Gerrard centró al punto de penalti y Upson ganó a los centrales alemanes para batir a Neuer, que salió a destiempo. Un minuto después, el equipo arbitral le negó el empate a Inglaterra. El balón, lanzado por Lampard contra el larguero, botó medio metro dentro de la puerta alemana, volvió al travesaño y ya en el segundo bote no rebasó la raya. Alemania recibió una tardía compensación por el gol fantasma que, 44 años antes, Geof Hurst le marcó en la prórroga de la final de 1966, cuando Inglaterra ganó en Wembley su único título

Una segunda parte de infarto

El larguero volvió a cruzarse en la trayectoria de un balón botado en libre directo por Lampard. Poco después, Milner disparó al cuerpo de Neuer. Inglaterra se embarcó en una audaz ofensiva. Arriesgó y perdió. Schweinsteiger condujo un contragolpe sirvió a Müller, desmarcado, que fusiló a James en el 70.

La retaguardia inglesa de desmoronó y los ataques germanos llegaban en oleadas ante James. Müller hizo su segundo gol en tres minutos y, ahora sí, con 4-1, el partido quedó visto para sentencia, pese a que Gerrard y Lampard aún pujaron por recortar la diferencia.

Ya lo dijo Gary Lineker: el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y en el que siempre ganan los alemanes.

-Eurosport-