La savia de las hortalizas

Las miradas que intercambian tienen el gozo de múltiples sugerencias. En sus ojos resplandece una historia previa: las zanahorias están ricas, hermosas, pero aún caras.

Es alentador ver los organopónicos de la ciudad con canteros que se enseñorean de esa hortaliza de tan ricas propiedades nutritivas. Los puntos fijos y móviles con sus mazos de alrededor de 10 pesos y con siete u ocho de ellas, gordotas y con muy buena salud, dan fe de estar viviendo su época del año, y la buscamos y adquirimos, lo demás viene después, en las sobremesas casi siempre.

El comer una zanahoria cruda, además de apreciar un excelente sabor, ayuda a fortalecer los dientes y encías. Es muy saludable también cocida, aunque no tanto en este estado para fines medicinales, se aconseja.

Los encurtidos que prepara Frank Josué en sus inicios como cheff de cocina, son como para chuparse los dedos, buena entrada al gremio, y sus variados platos, en la que la hortaliza contribuye, gustan a todos los que prueban su sazón.

Según el sitio web elsiglo.com la zanahoria es un excelente alimento desde el punto de vista nutricional,  gracias a su contenido de vitaminas y minerales. El agua es el componente más abundante, seguido de los hidratos de carbono, o sea componentes alimenticios que soportan energía. Al tratarse de la raíz, absorbe los nutrientes y los asimila en forma de azúcares.

El contenido de dichos azúcares disminuye tras la coción y aumenta la maduración. Su color naranja se debe a la presencia de carotenos, entre ellos el betacaroteno o provitamina A, pigmento natural que el organismo lo transforma en vitamina A conforme la necesita. Asimismo es fuente de vitamina E y de vitaminas del grupo B, como los folatos y la B3 o niacina. En cuanto a los minerales, destaca el aporte de potasio y cantidades discretas de fósforo, magnesio, yodo y calcio.

Es una verdura con muchas ventajas, por eso olvidamos su precio y la adquirimos tan pronto falte en el viandero.