El Rubin Kazan consigue derrotar al Barcelona en el Camp Nou por 2-1
Las plegarias, los rezos y los posteriores milagros sí pueden darse de vez en cuando. El entrenador ruso Gurban Berdiyev le ha sacado el mayor rendimiento posible al rosario que siempre le acompaña en su mano derecha y al evidente mal momento de juego que atraviesa el Barça en general y Leo Messi en particular.
A los dos minutos llegó el hasta la fecha mejor gol de la Liga de Campeones. Un tiro lejano y seco, muy seco de Ryazantsev batía a Valdés y a un Camp Nou que todavía se estaba acomodando. Parecía fruto de la casualidad, porque además de un posible penalti cometido sobre Iniesta antes del gol ruso el Barça empezó a cercar la portería de Ryzhikov.
Mucho toque pero no había forma. Si el que tiene que llevar el peso del ataque es Pedrito, complicado lo tiene el Barça. Pasó la primera parte y tras el descanso Ibrahimovic puso una nota de cordura al batir con un gran gol al meta ruso. La bajó y sólo tuvo que armar su pierna para lanzar un tiro raso y ajustado al palo.
Tres minutos de la segunda habían pasado y parecía, otra vez, que los blaugrana iban a acabar goleando otra vez. Pero además de la fe del equipo ruso comenzaron a evidenciarse problemas en la elaboración y en el bagaje ofensivo del Barça. Este desconcierto lo aprovechó el Chori Delgado para asistir a Karadeniz y que batiera por bajo a Valdés. Dos tiros y dos goles.
El partido se acabó con un cabezazo al palo de Touré que tan sólo hubiera maquillado una actuación sospechosa y nada habitual de este Barça. El balón no quiso entrar de ninguna manera y ahora el Barça no es que se complique su situación en el grupo G, pero tendrá que sudar más para alcanzar los octavos. Mejor que se lo tomen como un aviso.
-Eurosport-
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