Gana el Barza Copa del Rey
Como sucede en la mayoría de las finales de Copa, el fútbol se ausentó durante mucho tiempo del terreno de juego. Pero diez minutos de vendaval azulgrana le sirvieron al Barcelona para emborracharse con goles y levantar su primer trofeo de la temporada.
El planteamiento del Athletic fue el que se esperaba. Mucha presión, dureza en el uno contra uno, choque y velocidad arriba en busca de meter la oportunidad que se presentase. Acertó Caparrós pero sobrevaloró la capacidad física de su equipo o bien infravaloró el excelso juego de los de Guardiola.
A los ocho minutos, Javi Martínez no marcó de milagro. Pinto voló para desviar un chut al primer toque del centrocampista rojiblanco, que intentaba finalizar a lo grande una excelente combinación entre Yeste e Iraola.
Toquero hace soñar al Athletic durante veinte minutos
Sin embargo, ese mismo saque de esquina dio pie a que toda la afición bilbaína saborease las mieles del triunfo durante unos minutos. Toquero goleaba de cabeza en el segundo palo gracias a la laxitud defensiva de Keita y Xavi.
Tardó entonces el Barça en poner en apuros a Gorka Iraizoz. Únicamente un lanzamiento de Eto’o desde fuera del área hizo sudar al portero vasco. De repente Toure Yaya lo vio claro. El marfileño estaba jugando de central pero no se lo pensó al coger la pelota en el círculo central, irse de Toquero y Llorente, llegar a la frontal y disparar ante la oposición tardía de Orbaiz. La pelota rozó ligeramente en Amorebieta y se coló en la portería lamiendo la base del palo.
Reprochable celebración de Toure Yaya
Todo se venía abajo para el club vasco, que necesitaba un mundo para crear una pizca de peligro. El Barcelona no arrancaba pero el empate ya estaba logrado. Eso sí, hay que mencionar que Toure anotó un golazo pero lo empañó todo con la celebración, en la que dedicó un corte de mangas a los seguidores del Athletic. Eto’o se disculpó por su compañero ante los ofendidos y el goleador, que ya había visto una cartulina amarilla, se libraba de irse a la calle. medina Cantalejo o no lo vio o no quiso verlo.
Antes del descanso, Alves avisó con un lanzamiento de falta lejano que no supuso el segundo por milímetros. A partir de ese momento, más o menos a los cinco minutos de la reanudación, la máquina de hacer fútbol se puso en marcha.
Messi y Bojan culminan la remontada
Messi realizó una gran jugada que se le fue por poco. En la continuación, Eto’o cayó a la derecha y disparó cruzado. Messi, hasta entonces desaparecido, esperó pacientemente el rechace de Gorka en el punto de penalti para consumar la remontada.
El Athletic empezó a perder la referencia sin saber de dónde le venían los golpes. Samuel volvió a probar suerte y se quedó solo ante Iraizoz para intentar una vaselina demasiado alta.
Llorente luchaba cada balón en su parcela del ataque sin suerte ni apoyos. En una de esas llegó Alves para robarle el cuero, salir disparado y apoyarse en Messi. El argentino vio como Bojan enfilaba hacia el arco rojiblanco y lanzó el contragolpe. El joven delantero azulgrana tenía a su derecha, solo y sin marca, y enfrenta a Koikili. Pero era su noche y su torneo y se fue perfilando para anotar un golazo. Disparo con el interior al palo izquierdo de Gorka. La Copa ya era un hecho.
El único borrón, en la grada
No se lo tomó bien un aficionado del Athletic Club y un minuto después lanzó una lata desde la grada que impactó en la cabeza de Dani Alves. Sin embargo, la masa no amparó al salvaje. Todas las personas alrededor del agresor le señalaron y ayudaron a la policia nacional a localizarle y desalojarle de las gradas de Mestalla. Un diez para la afición rojiblanca.
Caparrós intentó cambiar el curso de los acontecimientos con un doble cambio que no surtió efecto porque Xavi mató definitivamente el torneo con un lanzamiento de falta magistral que se colaba por la escuadra.
No hubo más, el Athletic no podía levantarse de la lona y el Barcelona buscaba más goles totalmente embriagado por una Copa que se bebió en diez minutos. Primer título para el Barcelona de Guardiola, que asegura el doblete y se puede permitir el lujo de festejarlo por todo lo alto, pasar la resaca y pensar con mucho tiempo en la final de Roma que debe completar el triplete.
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