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Marilyn...del Cuyaguateje

Pasar un buen rato...


En julio y agosto, meses en que muchos gozan las vacaciones, pasar un buen rato entretenido, también es válido; reconforta a esas neuronas intranquilas que piden a gritos se les atienda.
Así las cosas, fui a La Habana, una prima me contó su forma de atemperarse a este verano ardiente, que fuera de seguir los Juegos Olímpicos de Beijing, disfrutó con viajes al Acuario Nacional, Parque Lenin, playas del este, y le hubiera gustado ver la puesta de Amores ridículos, pieza de Iván Camejo, por el grupo de Teatro de Bolsillo, de la que mucho le habían hablado. De esta me contó, la tradición oral jugó su papel, y hasta yo me quedé con las ganas…
Cuenta que te cuenta, me dejé llevar, y pensé en Carpentier, pues en algún momento le preguntaron la diferencia de los personajes de Shakespeare y los de Cervantes, entonces el autor del Siglo de las Luces, con su acostumbrada brillantéz respondió que si los personajes de Cervantes tocaban a la puerta de nustra casa, los invitamos a entrar, les brindábamos agua, café; pero si tocaban los de Shakespeare, llamábamos inmediatamente a la policía.
Pues tal parece que eso último hicieron el autor de la obra teatral y su director: Otelo, Hamlet y Romeo, salvando distancias, son víctimas de Don Juan, quien ha seducido a sus mujeres.
Reflexionan largamente con sus argumentos medievales y del siglo XXI. A través del asunto de la traición, descarnan con ironía casi todos los temas humanos.
Los de Shakespeare se sienten derrotados por el destino; Don Juan, por el contrario, me contaron,  aparece en escena orgulloso de sus conquistas, sin imaginar, sin embargo, que alardea delante de los esposos traicionados, y estos no pueden contener su sed de venganza y matan al seductor, por último Romeo se suicida.
Sus muertes eran solo caricaturas hechas con el propósito de reafirmar la gran comedia de la vida. Don Juan resucita, se levanta del entablado, se une a Otelo y a Hamlet, ríen, valoran sus actuaciones como si ya no estuvieran en escena, intentan despertar a Romeo, pero este consigue engañarlos, creen se suicidó de verdad y al final se incorpora y al final todos celebran que solo haya sido una puesta teatral. Me gustaría ver la obra aunque ya sepa el desenlace, la vida es eso, un inmenso escenario donde importan muchas cosas, amén de no tener en cuenta cuán serios o risueños seamos. Aquí se muestra como una simple diversión.

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