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Marilyn...del Cuyaguateje

Contundente victoria del Real Madrid

Contundente victoria del Real Madrid

Dejando el capítulo del pasillo a un lado, el Fútbol Club Barcelona ha perdido algo más que un partido en el Bernabéu. Por orden, adiós a la segunda plaza de la Liga (el Villarreal se la asegura tras su victoria en Huelva), y adiós definitivo a una era y a una política deportiva. La imagen y el juego del equipo azulgrana ha dejado mucho que desear ante un Madrid ya campeón y que ha jugado a medio gas, con un ritmo más propio de partido de esa noche pesada de agosto. Si hubiera que calificar la impresión que ha dejado el Barça, la palabra lamentable definiría a la perfección lo visto en esta antepenúltima jornada de Liga.

El público madridista sólo pensaba en ese paseíllo y en prolongar la fiesta iniciada hace tres días en Pamplona, y tuvo doble ración. A los veinte minutos ya estaba finiquitado el ’clásico’. Primero Raúl tras recoger un rechace desde fuera del área y definir por raso y minutos más tarde Robben, de cabeza, ponían las distancias definitivas. En ese preciso instante se acabó el partido y se acabó de forma impepinable un ciclo en ’Can Barça’.

Ni siquiera lo intentaron los de Frank Rijkaard, pese a que Messi tiró de orgullo para intentar alguna jugada en solitario. Las luces de este Barça hace meses que están apagadas y visto lo de este siete de mayo de 2008, el rumbo azulgrana tiene y debe que dar un giro de 180 grados. Ni Henry, ni Xavi, ni un atenazado Bojan, ni nadie fueron capaces de pelear siquiera por levantar el partido e intentar luchar por esa segunda plaza.

Sin partido que contar hasta después del descanso, el Madrid empezó a creer en sí mismo, aunque mucho menos que en el Reyno de Navarra hace unos días. Le bastó con saberse muy superior a su eterno rival y, simplemente, poner algo más de ganas.

Schuster decidió dar minutos a todo el mundo, y entró Higuaín y de pasó confirmó una cosa: el argentino ya es decisivo de cara al gol. Apenas unos segundos en el campo, recibe un pase al espacio, controla con clase y bate a Valdés con tranquilidad. El Pipita ya tiene esa pausa que reclamaba a principio de temporada.

Pero el ambiente festivo y con tintes de exhibición vino unos minutos antes que el tercer gol blanco. Robben encontraba espacios por las dos bandas, Raúl seguía peleando cada balón, Sneijder lo intentaba desde todas las posiciones y atención, hasta Diarra se atrevía a atacar la portería de Valdés con algún tiro lejano.

El cuarto gol llegó casi sin querer, cuando Robinho, que también entró en los últimos minutos al igual que Van Nistelrooy, lanzaba un centro que Puyol despejó con las manos, tal vez involuntarias, pero penalti. El ariete holandés se reencontraba con el terreno de juego y con el gol, ya que transformó con tranquilidad desde los once metros.

Los últimos minutos fueron un asedio de los blancos buscando el quinto, pero Messi intentó lavar las vergüenzas de su equipo con tres jugadas de crack, pero se topó con otro, Iker Casillas. Una mano imposible, aunque ya nos tenga acostumbrados, y otra tapando bien su palo fue suficiente para frenar el ímpetu del argentino. Menos mal que Thierry Henry logró el del honor a falta de tres minutos con una definición marca de la casa. Al menos el francés volvió a marcar en el Bernabéu y se reivindica en este final de temporada, no sabemos si para quedarse o para que otro equipo inglés vuelva a fijarse en él cuando Laporta y sus dirigentes empiecen la limpieza.

(EUROSPORT)

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