Razones para que la llamen LA PURA

El humo sale por las hendijas del negruzco techo en busca del sol. Con ese andar que apenas deja huellas, como el venado. Altagracia Reyes, o como todos las llaman ¨ La Pura ¨ va de un extremo a otro de la cocina, quería colar rápido el café para atendernos.

A ciencia cierta, ni ella misma sabe el origen de su apodo,  ¨ mis vecinos me lo pusieron porque para muchos soy como su madre ¨ - afirma -  y luego en un tono que no abandona nunca, a pesaar de sus más de 70 años, agrega que quizás sea porque era tan pura cuando joven que en todo el lomerío, por allá por Sabaneta, ningún joven podía usar un chiste con ella, y sonríe con picardía.

En eso de lavar una tendedera de ropa blanca y dejarla como un coquito ¡ y a puño limpio! , o castrar colmenas y conocer que las mejores flores para la miel son las de campanillas, la de palma y la de bejuco indio, nadie le ponía un pie encima.

Esta mujer, que apenas rebasa los cinco pies de estatura y que se me antoja emparentada con las abejas, no deja de acudir a los reclamos de la vecindad, ya sea para remendar un pantalón, orientar cómo hacer un sabroso majarete, poner a la sombra el caballo de la casa, o rastrear una gallina que comenzó a poner.

Salpicado por la sencillez transcurrió el diálogo con ella, en el que no pudo faltar lo feliz que se siente al tener un televisor nuevecito para ver todos los programas televisivos ¨ ¡ miren esas lluvias por el oriente cubano!, pero allí llegará la Revolución, la que no deja a nadie desamparados! ¨. Y sin que le dejáramos de seguir con la vista, dimos más valor a esta crónica dedicada a una mujer serrana, quien no se niega a nada aunque la envuelva el humo, el sol o sus queridas colmenas.