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Marilyn...del Cuyaguateje

Guane lindo y querido

Guane lindo y querido  

Con un total desafío a los ruegos de mi madre, me fui de Guane a comienzos del 70 para estudiar Periodismo en la Universidad de La Habana. Tenía los complejos propios de una guajirita y confieso que mis temores no eran precisamente a la docencia, sino a ese mundo en la capital.

Adentrándome en los estudios sumé muy buenos compañeros, y de La Habana también, y Guane cobró altura, fue realzado por mi constantemente, mi identidad se tuvo más en cuenta.

Terminada la etapa estudiantil vino la ubicación en Pinar del Río. En las noches, exhausta de un constante ajetreo al viajar tanto en motocicletas para hacer los reportajes, degusté con mi nueva familia, la de los trabajadores de GUERRILLERO, los mejores helados de Coppelia y panes con tortilla en La Cocinita. A estos lugares íbamos y Guane volvía a ser tema de conversación.

No es que fuera el mejor municipio para las labores reporteriles, pero se hablaba, por ejemplo, de la exactitud del reloj de la iglesia;  de que se incomunica con solo dos cubos de agua que le echen al Cuyaguateje; de las anécdotas de Segundo Díaz, un cuentero que nada tenía que envidiarle a Onelio Jorge Cardoso, y de eso que nos martillan siempre quienes no son nativos del territorio: "fíjense si Guane queda lejos, que allí vira el tren"

Ya el tiempo ha pasado y a mi, que me quedé a vivir en Pinar del Río, me sigue deslumbrando mi pueblo, y aunque  desde la capital disfruté mucho de las victorias de los boxeadores Juan Hernández Sierra y Ariel Hernández, de las del pelotero Jesús Guerra y de las enseñanzas del maestro Eguren, siempre un lugarcito en mi corazón guardo para el terruño, donde mi infancia fue muy feliz

1 comentario

ana maría -

Hola Marilyn esta crónia dedicada a tu pueblonatal es bella, felicidades, tú sabes que las crónicas te quedan superlindas y más cuando son salidas del corazón.
ana