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Marilyn...del Cuyaguateje

Un leñador sin Caperucita ni lobo

Un leñador sin Caperucita ni lobo

 

Ramón Rodríguez Rivero lleva 14 de sus 47 años talando árboles. Pero lo dice con la conciencia muy tranquila “porque se siembra lo que se tala y aún más”

 Es uno más de los mil 911 trabajadores de la Empresa Forestal Integral La Palma, cuyo peso en la reforestación del territorio es decisivo y ha sabido trasladar a la conciencia de cada uno de sus integrantes la importancia de esa labor, que para este año proyecta    plantar unas mil 250 hectáreas de pino, mientras  240 serán por regeneración natural.

 Al preguntarle a este talador si se considera un asesino de árboles, deposita en el piso la motosierra, arruga el entrecejo y finalmente declara convencido: “si lo soy, es a mucha honra, porque sé la importancia que tiene la madera de estos árboles para la producción de postes y también para muchos otros beneficios. Además, por cada pino que se tala ya está sembrado su relevo”

 Se hizo talador luego de pasar un curso con un especialista de la otrora Unión Soviética, quien le enseñó cómo dar los cortes en dos pasos y estar bien atento al lado de donde sopla el viento. Hoy, Ramón revela que los secretos para una buena tala están “en quitar primero todas las malezas que hay en torno al tronco, luego, al cortar, y tirarlo todo a un mismo sentido, en una misma dirección. Para evitar que se produzca un accidente la clave está en atender al viento”

 En el bosque, los raleos se van haciendo de acuerdo a la edad de los pinos: el primero  se hace con los que tienen entre 5 y 7 años; el segundo con los que acumulan unos 12 años, y el tercero con los que tienen entre 15 y 16. La tala rasa abarca  a los que tienen cerca de 25 años como promedio.

 El plan de madera aserrada de la Empresa Forestal Integral La Palma comprende unos  21 mil 900 m, y en ellos quedará el aporte de la motosierra de Ramón, este leñador del siglo XXI que no le teme al lobo de la deforestación porque sabe que en su tierra plantar árboles es tanto o más importante que talarlos.

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