Hotelería, historias

La historia de la hotelería cubana atesora valores, sea en sus habitaciones, restaurantes, salas de juego… cuando hablamos de lo material, mas lo espiritual cobra altas dimensiones porque muchas de nuestras instalaciones han acogido a famosas personalidades para una cobija segura.

El Gran Hotel Sevilla,  que el 22 de marzo pasado arribó a su centenario, atesora las más disímiles anécdotas como el haberse hospedado en él los famosos mexicanos Jorge Negrete, David Alfaro Sequeiros y Germán Valdés; los españoles Lola Flores, Vicente Blasco Ibáñez e  Imperio Argentina; los cubanos José Raúl Capablanca, Ernesto Lecuona e Ignacio Villa – Bola de Nieve-, así como los argentinos Hugo del Carril, Libertad Lamarque y Luis Ángel Firpo y hasta los mafiosos Al Capone  y Santo Traficante, entre otros muchos.

Su construcción comenzó aledaña al Paseo del Prado, años después de la eliminación de las murallas que abrigaban La habana. Inspirados sus arquitectos en las líneas moriscas de la entrada del famoso Patio de los Leones del Alambra en Granada, dieron rienda suelta a la imaginación y fraguaron una geometría de hermosas proporciones, característica del estilo mudéjar.

Este arte ecléctico brotó del mestizaje, de la conjunción de elementos cristianos e islámicos, y su rasgo distintivo es la utilización de métodos constructivos y materiales de tradición musulmana, como la del ladrillo y la cerámica.

Esos ladrillos que le dan cuerpo develan sobradas razones para en su aniversario, tenerlo muy presente, ya que es muy solicitado por turistas que quieren formar parte de su linda historia, de la cual algo me corresponde, ya que por allá por los años 70 pasé mi Luna de Miel, nada, son remembranzas.