Al mosquito, ¡ matémoslo!

La temporada invernal no es precisamente una época que satisfaga a insectos como el mosquito Aedes Aegypti, pero seguramente sí a los trabajadores de la campaña antivectorial y por supuesto a los humanos, blancos y víctimas del tenebroso alado, quienes por estos días podemos disfrutar de ese frío coladito de vez en vez, dormir a piernas sueltas, sin el molesto zumbido o las peligrosas picadas del vector trasmisor del dengue  y de la fiebre amarilla.

Las bajas temperaturas- intermitentes aún – y la ausencia de lluvias crean un ambiente desfavorable para el desarrollo del Aedes, enemigo que no por débil se le considera derrotado, ya que al primer descuido, pica.. Bien lo sabeos, baste recordar rebrotes en zonas donde los inquilinos incumplen con las medidas teniendo microvertederos, zonas anegadas de agua por el manto  freático  en charcas y zanjas y muchos tanques bajos.

Si bien la situación hoy se reporta favorable para las víctimas – léase personas-, el enemigo ronda, marca su presencia ante el menor descuido, por eso nunca debemos confiarnos ya que en ello está el peligro; las medidas que se adopten en este sentido nunca serán suficientes, por eso hay que combatirlos siempre.

La Naturaleza es sabia y dotó alas especies de recursos para perdurar, pero poblaciones tan peligrosas deben exterminarse o mantenerlas bajo control, y eso exige constancia, control, mucho control, acciones particulares casa a casa, centro a centro, individuo a individuo, autoprotección e inspección de los reservorios, debido a que el más insignificante pocito de agua que se crea es centro propicio para que la hembra deposite sus huevos.

Todo el celo del mundo para eliminar al que es capaz de llevar el dolor al hogar. Matémoslo a él.