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Marilyn...del Cuyaguateje

!Qué número, pero no!

!Qué número, pero no!

Parece que el número siete es un  dígito socorrido. Muchos lo anotan con su correspondiente exclamación de infortunio, y aquellos a quien les toca, sea en una cola, un guardador de bolsos o al decir que le “cayó” como día de su cumpleaños, no dejan de hacerle las acotaciones pertinentes.

Sin embargo, hay que reconocer que no escapamos a atenciones espontáneas, de alguna que otra manera, pero lo hacemos, y olvidamos entonces que siete fueron los pecados capitales, los siete enanitos de Blanca Nieves y las siete primeras maravillas del mundo.

También en el cine tenemos a Los siete samurais, Los siete magníficos, en fin….que si seguimos hurgando aparecen más cosas como para no pensar que es un apestado, por llamarlo de alguna forma.

Me hablaba entonces una amiga sicóloga de incorporar a  seis más uno – para evitar las repeticiones- de los denominados rasgos negativos de la personalidad. Es posible que para usted no los sean así con exactitud, está en lo cierto, pero por algunos había que empezar y enumeró la susceptibilidad, la desconfianza, la impulsividad, el egocentrismo, el pesimismo, la timidez y la duda. Todos influyen de una manera u otra en nuestras vidas.

La susceptibilidad es aquel rasgo del carácter mediante el sujeto se convierte en una esponja para recoger…todo lo malo (real o que él o ella se imagine). Se siente siempre o casi siempre herido, despreciado, humillado por cuestiones tan insignificantes, como puede ser “no darle los buenos días” específicamente a la persona que lo padece; o porque, como puede ocurrir, se olvidaron de su cumpleaños; porque le hicieron, con justeza, una llamada de atención; porque el hijo, de tres o cuatro años le dijo que no la quería, en fin miles de respuesta que el susceptible las toma en serio.

Claro está, debido a este carácter tiene lógicas dificultades en las relaciones interpersonales, pues no hay manera de quedar bien con él o ella.

Un rasgo que lo complementa es la manipulación: casi nunca dice las cosas tal y como son, las arregla o adorna de una forma, según su modo susceptible de actuar.

Dice mi amiga que hay que saber ser susceptible y una buena forma es siéndolo en relación con uno( a) mismo( a) , no con los demás, lo cual es una manera de defenderse. ¿ Por qué me duele lo que me dicen y no lo que hice para que me lo dijeran?  Para empezar a cambiar, este es un buen recurso.

La desconfianza es otra que cuando está bien proporcionada, se convierte en martirio para quien la padece. Se trata de la falta de confianza en sí mismo y en quiénes le rodean. Al faltarle ella en los demás, siempre pensará que la tratan con hipocresía, le dicen solo una parte de las cosas y le ocultan información. No puede tener amigos porque también desconfiará de ellos en algún momento.

La falta de confianza en sí mismo se observa disfrazada de orgullo y autosuficiencia. Considera merecerlo todo y desprecia lo que no está a la altura  de su supuesto valor. No hay otro remedio para combatirla que comenzar a confiar.

Impulsividad. Palabra que se repite mucho en estos tiempos. Está en las personas que no meditan sus acciones y se dejan arrastrar por el primer impulso. Quien lo posee está marcado como un toro en el ruedo, que con solo moverle la capa, embiste con esa furia propia de lo que es, una bestia.

Están siempre como los erizos, dispuestos a pinchar al más mínimo roce, por lo que sus relaciones con los demás se verán afectadas de manera sensible.

Dichos impulsos hay que controlarlos por todos los medios, incluyendo los psicofármacos.

Del pesimismo, qué decir si es una disposición anímica que lleva a pensar siempre lo peor. Hay que imaginarse que su mundo lo ve con gafas oscuras, piensa que nada le saldrá bien. Su vida está signada por los absurdos, entonces sería bueno que al creer en uno de ellos pueda enseñarle lo absurdo de sus pensamientos. Al no demostrar lo contrario le serviría para reforzarlo, ser optimista.

Ego significa yo y centrismo, el centro; pues el egocentrismo es otra cualidad del ser humano que afecta el desarrollo individual, ya que se considera el  ombligo de todo y todo debe girar alrededor de él.

En los niños pequeños es permisible, son así por naturaleza, es entonces que requieren cuidados constantes, seguimientos, para que no se conviertan en su forma de ser siendo adolescentes, jóvenes, adultos…

La timidez, la duda, son dos cualidades archiconocidas. La primera da encogimiento, temor a establecer relaciones, a decir lo que piensa, a exponer sus puntos de vista para defender sus derechos, y la duda la padecen aquellas personas que siempre están pensando si lo que hicieron estuvo mal o bien hecho, si dejaron la puerta abierta o cerrada. Para tomar una decisión la piensan cientos de veces y hasta la multiplican, y no por cero.

De padecer de estos siete rasgos y de manera muy acentuados, lo que hay que hacer es darse a la tarea de eliminarlos.

 

 

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