Día de la Mujer

  ...que hace nacer las palmas

Por Marilyn Blanco

 

Paula nos hizo el comentario como quien habla de celajes, grandes nubarrones...."Esas palmitas están ahí desde hace poco...las logré gracias a un capricho y por testaruda, quería hacer germinar el palmiche" Y seguimos conversando en el pequeño patio, yo, medio recostada a la batea, como si el asunto careciera de importancia, fuera uno más de los tantos anotados en la agenda.

Primero porque hablábamos de la cuenca hidrográfica del Cuyagueteje, su prosperidad, por tanto pasara lo que pasara seguiríamos metido en el tema, y segundo, confieso, porque nada me pareció más natural que del palmiche nacieran las palmas... ¿ Dónde si no?.

Por ignorante, poco faltó para que ello nos pasara como una bala. El olfato periodístico prevaleció y después de un delicioso café, retomamos el asunto. Es que ya Paula había oído en la radio ese poder de multiplicarse, y lo aplicó en la vega de su viejo, ella quería que eso que contaron los del grupo de desarrollo forestal verlo salir de sus propias manos, nada de casualidades, se decía, para que la semillita, de no comérsela un choncho cuando cae, naciera. Este es el árbol nacional cubano y ella quería también ser partera.

Y así pasaron los días, unas veces pensaba que se había chivado la cosa, otras veía las yemitas y gritaba "qué se'to" hasta que vio que a muchas de ellas les faltaba una mirringa para su nacimiento.

La campesina Paula, de allá de una zona serrana de Guane, se hizo famosa por tal aporte, que hasta sus hijos hablaban de ello como cosas de una vejez marcada porque ello está generalizado.

Y Paula es así, de esas mujeres cubanas que lo mismo conducen una "arañita" por toda la zona, que al finalizar una reunión de su organización femenina planta una jarra de tilo con menta.

Cuando le pregunté ¿ La Revolución, Fidel, Raúl?, me contestó "Son la misma cosa, a ellos les debo todo lo que soy, por eso mi mayor gratitud es seguir trabajando en la vega, junto a Ramiro, mi esposo, para cumplir con el tabaco, las viandas, esta guajirita guanera seguirá mientras tenga fuerzas con la soga a la cintura, para apoyar en lo que haga falta".

Por eso en el Día de la Mujer recordé a la modesta y sencilla Paula, a quien el asunto, aunque en un principio me pareció trivial, lo reconsideré, por ello no quiero olvidar a esta mujer sincera que supo nacer las palmas.