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Marilyn...del Cuyaguateje

Leer a Martí

Leer a Martí  

¿ Es difícil estudiar a Martí? En cierta ocasión le preguntaron  a los tabaqueros si siempre lo comprendían, con aquellos discursos llenos de metáforas y giros abundantes. La respuesta fue muy interesante:

No siempre lo entendemos bien, pero estamos dispuestos a morir por él. La palabra iba desbordada de amor y podía llegar a toda la sensibilidad humana.

Estudiar al Maestro nos plantea un reto. Miguel de Cervantes aconsejaba que para leer  Don Quijote de la Mancha, hay que ir con la lectura... esto es, ir despacio, realizar una lectura crítica... pues en este caso hay que hacer lo mismo.

Así me reafirmaba la maestra normalista Nora Gómez y hacía algunas consideraciones al respecto, sustentadas en su larga experiencia como pedagoga. "Son observaciones para acercarnos a la inmensa selva de las ideas martianas", acotaba.

Es imprescindible leerlo en sus fuentes originales. Comenzar quizás por la recopilación incluida en los Cuadernos Martianos; estudiar las cartas a Mercado, allí está el alma descarnada y desnuda; hojear con detenimientos los apuntes, sobre todo, los que recoge el tomo XXI; acudir una vez más a La Edad de Oro... hay muchos materiales inagotables.

También, recomendaba, debemos interesarnos por lo que otros han escrito sobre el Apóstol. Es útil consultar algunas biografías: Martí hombre, de Gonzalo de Quesada y Miranda; Martí Apóstol, de Jorge Mañach; Martí revolucionario, de Ezequiel Martínez Estrada... Todos podrían ser una propuesta inicial, ya que estudiar lleva implícito además, analizar minuciosamente  los trabajos recogidos en los Anuarios Martianos.

 Subrayaba la maestra normalista sanjuanera la necesidad de tener mucho cuidado con el uso de las frases o pensamientos fuera de su contexto histórico. Su propio ideario evoluciona y radicaliza. Si al llegar a los Estados Unidos en 1880, por ejemplo, pudo decir... en los fastos humanos nada semeja la prosperidad maravillosa de los Estados Unidos de Norteamérica...Años después nos dijo El Norte está lleno de odios, del Norte hay que ir saliendo.

Y finalizó reafirmando que un martiano no es quien sabe mucho de Martí. Ser martiano es seguir la ruta edificadora de su obra, llevar talento en el corazón, dar a la Patria toda la vida, multiplicar un abrazo de amor para que otros aprendan a amar.

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